La relación con lo bello de los demás...

Para esta hora quizá su día lleva la carga de trabajo acostumbrada o un poco más, es probable que su vida haya tomado el giro “del hacer” para así ser tanto reconocido como valorado y dentro de esta dinámica quizá ya exista en usted más irritabilidad a los errores y conductas no esperadas de aquellos con los que se relaciona o le rodean.

Cuando conectamos con las exigencias del diario vivir, nuestra visión se activa y centra en generar el resultado; y así es como trasladamos la exigencia a nuestra persona, desarrollando así,  más sensibilidad a lo negativo o complicado de nuestro entorno.

Sin embargo, aún en la parte mas exigente, negativa o complicada de nuestro entorno al realizar nuestros proyectos y metas, siempre existe una parte altamente positiva, que quiere llenarnos de fe y esperanza en el mismo momento presente que experimentamos las  pruebas.

Como ejemplo podríamos analizar a nuestros familiares a quienes regularmente aprendemos a verlos desde el dolor que nos han generado sus errores o conductas complicadas, sin embargo dentro de ellas también existe una parte bella y altamente capaz de brindar mucho al ambiente y a las personas, sólo es recordar lo bueno que también han mostrado.

Otro ejemplo; los compañeros de trabajo o nuestros jefes o directores, también pueden encerrar muchas virtudes que están disponibles a pesar de sus dificultades, mal carácter o respuestas no esperadas por nosotros.

El detalle está en centrar nuestra atención en la versión positiva tanto de las personas como las circunstancias que nos rodean y promover  con nuestra mirada y nuestra conducta que se manifieste esa parte buena que también existe en ellos.

Comience a descubrir más allá de  la critica o el juicio. Contemple el potencial de los demás atrévase a ser feliz con su entorno el cual también involucra a las personas, confíe desde la base positiva lo que pueden brindarle

y recuerde que muchas ocasiones las personas y el entorno mismo no se manifiestan positivamente porque han aprendido a callar lo bueno que también tienen, ante las dificultades y adversidades que experimentan.

Yo le deseo la mejor experiencia de contemplación y relación con los que forman parte de su vida y entorno en general.

Maria Esmeralda Lopez Menduett.

Psicoterapeuta Humanista.